NOTA IMPORTANTE

Se está creando un anexo muy importante de este blog: el Blog de la Oveja Sabelotodo, un blog privado donde sacamos bromas hasta de los libros de historia y filosofía. Si el nombre te parece cómico, pospone tu risa para un momento de menos apuro y apresúrate a enterarte cómo puedes acceder. ¡Mira esta entrada!

REFLEXIÓN OVEJUNA

¿Por qué "Oveja Descarriada"? Porque si antes uno debía hacer las cosas mal para ser distinto, ¡ahora debe hacer las cosas bien, y será rebelde y mal visto por el resto de la manada! ¿No es absurdo?


viernes, 1 de enero de 2010

"Esperando a Godot": Dos ¿amigos? que esperan.

Hola! Dejando de lado a las ovejas merodeadoras que no me saludan, diré:

Como dice el texto de la contraportada de mi edición prestada, a Samuel Becket no lo conocía nadie -bueno, quizá su madre- antes del estreno de "Esperando a Godot". Algunos años después del éxito de esta obra, fue galardonado con el premio Nobel. No suelo leer obras de teatro (a lo mucho, un poquito de García Lorca), pero con ésta tenía que hacer una excepción. Y ahora, a algunas semanas de haberla terminado, he de decir que se trata de un libro de lectura obligada, no precisamente porque sea "agradable" -podemos hacer un debate sobre si el contenido es bueno o malo- sino porque es arrebatadoramente innovadora.



¿Por qué?, dirán ustedes, y yo diré...
Bueno, y ahora ¿por dónde empiezo?

"Esperando a Godot" es la historia de Vladimir ("Didi")y Estragon ("Gogo"), quienes juntos esperan a Godot durante dos días, sin saberse nunca cuál es el motivo. La espera es indeterminada, angustiosa y llena de ironía, hasta el punto en que uno de los protagonistas le pregunte alegremente al otro si tiene consigo una cuerda para que ambos puedan ahorcarse y así no tener que esperar. Situaciones como esta, que de otro modo menos burlón hubieran resultado escandalosas, aquí tienen sentido: su función es ridiculizar la vida y presentar ciertas sensaciones y emociones -como la de una espera terrible- como lo que son: absurdos. Es por eso que este libro resulta una patada a quien se le ocurra tomarlo en serio: los personajes suelen olvidarse de quiénes son, dónde están, de qué ha ocurrido el día anterior... Las cosas, en algunas ocasiones, se tornan grotescas: Didi y Gogo protagonizan varias veces los que parecen ser diálogos de telenovela barata, con muchos "¡No me dejes!", "¡Ven conmigo!", "Abrázame", "Creo que nunca debimos estar juntos" y demás cosas. El problema es que Becket no le da tiempo al lector a asimilar estas cosas sin rechazarlas, casi como si le diera lo mismo la opinión de la gente sobre su obra. Entonces, el lector se ha dado cuenta de la homosexualidad de los personajes principales, y después debe tolerar más detalles absurdos. Como, por ejemplo, la aparición de Pozzo y Lucky, amo y esclavo, el primero completamente déspota y el segundo cargado de cosas y llevado con una soga en el cuello.
Si he de narrar exactamente todo aquello que condimenta "Esperando a Godot", me quedo sin dedos. Las sandeces son cómicas, por supuesto, pero creo ya haber especificado que no se trata sólo de sandeces. El ver a Didi y a Gogo intentando asesinar -ésta es la palabra correcta- la espera es algo novedoso, quieran o no. Al terminar de leerlo, uno no puede evitar pensar que parece haber sido escrito tal y como debería haberse hecho, no falta ni sobra nada. El libro no es perfecto, pero su intención ha sido alcanzada.
Sin embargo, no estoy de acuerdo con algunas raras interpretaciones de esta historia, como, por ejemplo, que Godot -a quien se espera y nunca llega- es la representación de algún ente, algún sistema, o, incluso que representa -en palabras que ayer adjudiqué a Vargas Llosa, pero que, realmente, no recuerdo por quién fueron dichas- al gran ausente por excelencia: Dios.
Sin comentarios. O quizá con un único comentario: que en el libro, Godot es simplemente un hacendado cuya relación con los protagonistas no se especifica en ningún momento, pero su mortalidad es indiscutible. Si Becket hubiera querido retratar a Dios, no lo hubiera hecho con tanto sarcasmo. O si así es, pues no vuelvo a leer a Becket y asunto resuelto.
Bien, sé que no viene al caso, pero DIOS NO ES UN ENTE AUSENTE. Si así fuera, no existiría nadie y el autor (o autora) de esa extraña fracesita no tendría ni vida para poder escribir, así que que agradezca y punto.

Oh, quise poner un vídeo de youtube con la representación teatral, pero ninguna de las que he visto le hace justicia al libro.

Fue un post rápido. OH, por favor, vean el anterior al anterior a éste y apoyen a esa buena causa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe, comenta, gruñe...
No te estreses por mi culpa y tendrás una vida más feliz :D