La historia que se nos presenta en esta nueva versión es la de Perseo, quien descubre que es hijo de Zeus y, por lo tanto, semidiós, en medio de un contexto convulsionado por los intentos de los dioses de volver a ganarse la gratitud de los humanos. Como parte de estos intentos, Zeus le permite a su hermano Hades crear pavor en el mundo mortal; y con este fin Hades advierte a los atenienses que, a menos que sacrifiquen a Andrómeda -hija de los reyes de aquel entonces- antes de que ocurra el próximo eclipse, soltará al Kraken, un monstruo terrible al que hasta los dioses temen. Los atenienses, al descubrir que Perseo es un semidiós, emprenden con él un viaje para averiguar cómo matar al kraken. Es una historia de tres actos (inicio, conflicto y final diferenciados) que condensa -nótese el empleo de la palabra condensa- solamente el acto final de la película de 1981. En otras palabras, el recorte ha sido excesivo y, por eso mismo, muy evidente. Se hecha de menos la historia de amor entre Perseo y Andrómeda que es el móvil de la historia original, pues, para procurar conservar un poco de romanticismo, se ha creado una relación entre Perseo e Io, cuya historia mitológica se tuvo que tergiversar completamente. También se extraña la intervención de todos los dioses (que en esta versión se limitan a quedarse callados o, en el mejor de los casos, decir una o dos frases) y la presencia del búho guía de Perseo, a quien se hace una fugaz alusión en una escena con matices de burla.El manifiesto descuido en el argumento se explica por la gran atención prestada a los efectos visuales. Medusa (una bella mujer que cobra aspecto de monstruo al mirar a los ojos a su adversario), el Kraken y demás personajes ficticios han sido recreados de modo que parezcan reales. Asimismo, las escenas de acción son interesantes y hasta emocionantes, aunque son puntos en contra que en ciertas ocasiones se vean desordenadas y apabullen al espectador. Con esto último, me refiero a que la presencia de sangre innecesaria y detalles grotescos que pueden dar un mal sabor de boca o incluso aburrir a los espectadores más experimentados en el terreno de las películas de acción.
Otros puntos a considerar al comentar esta película son la plana actuación de Sam Worthington (de quien se esperaba mucho, al menos después de su protagónico en "Avatar") y la gran diferenciación visual de esta película con la anterior.Sobre este último aspecto, se tiene que considerar que en 1981, al hacer una película fantástica, no se barajaban muchas posibilidades. Para poder hacer a Medusa, a Pegaso y al Kraken se usó stop motion (la ténica en la que objetos se mueven y fotografían constantemente para dar la ilusión del movimiento), lo que, visto actualmente, puede resultar poco vistoso. Sin embargo, en aquel entonces, esos detalles se pasaban por alto, pues bastaba que lo visual sosteniera la historia y que ésta se defendiera sola, lo que no ocurre hoy en día.
Perseo de 1981
(Sé que es una imagen desagradable, me perdonan si herí susceptibilidades)
Perseo de 2010
Para quien no ha visto la película original (y, por eso mismo, no cuenta con un punto de referencia), el Clash of Titans de este año puede establecerse en la categoría "película relativamente buena"o incluso llegar a la cotizada categoría "¡me encanta esta película!" gracias a los efectos especiales. Sin embargo, siempre que se cuente con un ojo crítico, uno no tardará en preguntarse cuándo se reivindicará Hollywood en el destructivo deporte de hacer remakes de clásicos. Lo ha hecho en algunas ocasiones, ¿por qué no hacerlo de nuevo?
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